"Tiny Hong Kong"
El año pasado Hong Kong fue calificada por "The Economist" como la ciudad más habitable del mundo. Y como toda gran ciudad, debe existir un mundo de contradicciones entre ella.
Si bien, por volumen de habitantes, muchos de ellos se encuentran viviendo en situaciones privilegiadas y disfrutando de la accesibilidad, tecnología y alcance que se tiene al ser parte del primer mundo; también existe la contraparte y para hacer una muestra gráfica la organización de derechos humanos Society for Community Organization solicitó una investigación para conocer el nivel de vida en los habitantes de esta ciudad.
Se dan a conocer las siguientes fotografías que hacen una clara muestra del día a día de esa parte de la sociedad "no privilegiada" que se encuentra muy lejana de disfrutar ser parte de "La Ciudad mas Habitable el Mundo"
Las imágenes resultaron un poco "shockeantes" para diferentes medios de noticias internacionales, es importante reconocer que todas las personas que habitamos en grandes ciudades, seamos o no del primero o tercer mundo, reconocemos que día a día los espacios habitables son más reducidos, los costos son más altos y las necesidades de vida son más grandes. Así que aprendemos a vivir y convivir con los recursos existentes, la diferencia radica en si podemos considerar o no esos "espacios de vida" como pasajeros o los hacemos parte de nuestros activos fijos.
Como ejemplo, en esta ciudad donde vivo, es muy común encontrarte con edificios que poco a poco fueron divididos por miembros de una misma familia. Algunos tuvieron espacios para construir y cada día se hacen edificios con nuevos pisos que hablan de un crecimiento en el número de integrantes de esa familia. Así aprenden a convivir, con todos los rasgos humanos. Algunos con más unión que otros. Cuando no creciste en un lugar parecido y tienes la oportunidad de estar en un espacio así puedes analizar fuera de sus pros y contras que los miembros de esa familia y espacio encuentran en si mismos.
La protección que existe entre ellos es muy grande. No cualquiera entra en ese espacio y tampoco interviene en lo que sucede dentro de esas paredes. Son un núcleo. A diferencia de vivir en un edificio de departamentos, donde pocas veces sabes por lo menos el nombre de quien vive a tu lado. El tiempo y la apatía nos deja no nos permite conocer y mucho menos protegernos entre nosotros.
Si bien existe una comunicación y protección entre las familias que viven en un mismo edificio, también existen los conflictos por la falta de espacio o por la intromisión en situaciones personales de algún miembro quisiera imaginar una convivencia en un espacio tan reducido, donde no existe la privacidad y la creatividad puede reducirse en someter a un par de metros cuadrados a guardar la historia y pertenencias de una familia. Resulta difícil de imaginar y comprender, también no resulta extraño el nivel de adaptación que tenemos como humanos y esa constante búsqueda de tu espacio, tu lugar.
(Benny Lam/SoCO/Rex USA)