Hacer de una experiencia traumática a una experiencia que renueve tu compromiso no fue fácil!
Con solo 8 días en mi vida HUGO vino a recordarme que vale la pena intentarlo.
Tocando puertas, buscando ayuda, viajando de un lado a otro de esta enorme ciudad HUGO y yo nos dimos a la tarea de buscar una 2da oportunidad.
HUGO, un cachorro de menos de un año de edad fue abandonado a su suerte, sin más lo dejaron en un parque cerca de una vía rápida, supongo que "sus dueños" creían que así sería menos su agonía. Lo que no sabían es la experiencia que estaba por vivir en su corta vida. Lo rescate en un cruce de avenida mientras corría sin rumbo entre los autos. Cuando lo tomé del collar pude ver un gran miedo en sus ojos pero sobre todo me entregó su confianza sin dudarlo.
Simplemente creo que a tu vida llegan momentos así en el instante adecuado.
Vivimos mal tratos, abandonos, falta de honestidad y sobre todo un desapego a las creencias que muchas veces creemos tener como un cassete grabado en nuestra mente.
Pero también tuvimos el apoyo de gente que conozco y gente que espero seguir conociendo y aprendiendo de ellos toda mi vida.
Todos hemos experimentado la sensación de soledad y de incertidumbre. Todos nos hemos sentido en algún momento de nuestra vida decepcionados por alguien que amamos. Si bien sabemos entregarnos a nuestros amigos, amores, familia, también sabemos que cometemos errores que pueden afectar la vida de todos. De manera inevitable existe ese vínculo. Pero desligarnos de eso y soltar las experiencias difíciles es una labor que solo pocos pueden hacer.
Pero HUGO nunca dejó de sonreír, de jugar y de aceptar a cada persona que formó parte de esta experiencia.
Conocí a personas que han estado comprometidas desde hace años con diferentes asociaciones y protectoras. Pero lamentablemente experimenté que como seres humanos estamos llenos de vicios en las labores que creemos correctas.
Muchos se dedicaron a dar solo información, otros acordaban ayudar y después se desaparecían, pero la experiencia más difícil fue ver como asociaciones que reciben ayuda de patrocinadores, inclusive de gente reconocida, hace uso de su imagen solo para lograr tener un mayor poder dentro del medio, reconocimiento e inclusive hacer de la protección animal un negocio. Cobrar por la ayuda, incrementar después el costo pero sobre todo abandonarlo de nuevo en la noche sin importar que sucederá después habla de la pérdida de foco y compromiso.
Así pasamos de un lugar a otro, de una pensión a otra. También tuve la suerte de conocer a gente que tiene una gran entrega y amor a lo que hace. Gente con causa pero sobre todo responsable de que sus palabras estén ligadas a sus acciones. A todos ellos les estoy infinitamente agradecida.
En algún momento creí que todas las opciones estaban cerradas y decidí buscar una última ayuda, así llegue con una persona que estoy segura que sus estudios como médico veterinario no le enseñaron la gran calidad humana que tiene y me recordó que vale la pena el esfuerzo. Me mostró a HUGO sano, fuerte pero sobre todo feliz, me recordó que en esta lucha se necesitan muchas manos pero sobre todo mentes que propongan y reaccionen. Necesitamos reforzar nuestra creencia en los otros, dejar de vivir con miedo y ser más responsables de lo poco o mucho que podemos hacer para mejorar el lugar en que nos encontramos. Estoy convencida que la violencia con la que vivimos diariamente habla de nuestra falta de cultura y educación como sociedad pero también se que no puede volvernos indiferentes ante el dolor de otro ser vivo. No podemos dejar en manos de otros lo que nosotros mismos podemos hacer.
Todo esto lo vivió, disfruto, padeció pero sobre todo lo soltó para iniciar de nuevo.
Hoy HUGO recibió otra oportunidad y un hogar en el que estará en mejores condiciones. Se que sabrá aprovecharlo.
Valió la pena