sábado, 28 de junio de 2014

Hombre de chaqueta y nubes de papalotes

Algunas personas tienen la capacidad de poder soñar. He conocido a gente que la mayor parte de sus noches pueden soñar grandes historias. También conozco a personas que tienen años sin soñar, o por lo menos no lo recuerdan.
En mi caso, tiene mucho tiempo que no sueño "pesadillas", sueño con momentos actuales, con situaciones que pasan en este momento de mi vida y que son el reflejo de como quisiera que se resolvieran, muchos de mis sueños son tan reales que me cuesta trabajo al día siguiente darme cuenta si fue parte de la realidad o de mi fantasía. Pero tengo un par de sueños recurrentes. Que parecen estar acompañandome a lo largo de mi vida. Llevan conmigo años y muchas veces se quedan siempre en el mismo punto. Escuché hace poco a una persona que cree en el significado de los sueños, todo lo ligaba a que nada es casualidad y tiene una razón de ser, sinceramente me parecía un poco absurdo, pensar que sueñas en una araña significa vida, que si sueñas con agua significa muerte, etc etc etc. Creo que los sueños son mas simples de lo que creemos que son. 
Son el reflejo de nuestra creatividad y mente y son una forma clara de expresar lo que normalmente guardamos solo para nosotros. 

Los sueños recurrentes me parecen tan personales, nadie más puede entenderlos si no es quien lo está sintiendo y experimentando. Las fases de sueño y como descansamos influyen mucho en nuestra ansiedad o calma durante la noche. 
En mi caso, uno de mis sueños recurrentes es ir en un auto, manejando, soy tan pequeña que no alcanzo los pedales, el auto es amarillo, es un Valiant de los años 60's o 70's, siempre en carretera, los paisajes cambian, no siento miedo, no se manejar bien, pero no tengo sensación de preocupación, en algún momento del sueño aparece mi hermana, quien en la vida "real" es casi 4 años mayor que yo, pero en mi sueño es tan pequeña que ni siquiera alcanza a ver bien desde la ventana del copiloto, le voy contando lo que aparece en el camino y poco a poco llega a mi la responsabilidad de llevarla sana a casa. Ese sentimiento de llegar bien o preocuparme porque no alcance los pedales no aparece antes, no aparece cuando estoy sola en el auto, cuando estoy sola estoy libre de preocupaciones, de ansiedades. Cuando aparece ella, siento temor de equivocarme y que ella salga lastimada. Al final, el sueño nunca se termina, no tiene un fin, no se termina cuando vea un hogar o algún punto de llegada, si no siempre termina cuando me doy cuenta que tengo la oportunidad de disfrutar la sensación de libertad combinada con la responsabilidad y cuidado que tengo a los que amo. Es más simple de lo que es. Ese sueño me parece maravillo y cuando lo encuentro en alguna noche, siempre me trae calma y una extraña necesidad de hablar al día siguiente a los que amo solo para decirles que los amo. 

Pero existe otro gran sueño, no tengo idea desde cuando lo sueño, pero si no me equivoco es desde el jardín de niños y esa referencia la tengo porque donde sucede es un parque muy parecido a la pequeña escuela. El sueño es corto, es un hombre que está en el jardín con unos hilos en la mano, conforme me acerco a él me doy cuenta que esos hilos se elevan al cielo y de esos hilos cuelgan las nubes, siempre me invita a tomar los hilos y darme cuenta que las nubes son papalotes casi translucidos en el cielo. Tardo unos momentos en tomar confianza y tomar los hilos y otros momentos en darme cuenta que se mueven conforme mis manos las guían. Cuando me doy cuenta de que tengo ese control sobre ellas decido siempre correr y lo que a continuación sucede en mi es una sensación de libertad que me provoca unas carcajadas increíbles, de esas carcajadas que escuchas en algún sitio público y que vienen de algún niño que hizo una travesura y no puede contener su felicidad, esas carcajadas que hacen que todos los que la escuchan se rían con él niño que las provoca. A veces, cuando tengo ese sueño me despierto y alcanzo a escuchar mi risa, una absoluta sensación de felicidad. 

Hoy a mis 31 años, estoy en medio de mi primer gran proyecto profesional. Lo estoy disfrutando y conociendo desde todos los puntos de vista. Las satisfacciones que me da son más grandes que las horas de desvelo y cansancio, me permite empaparme todos los días de nuevas cosas, cada vez me doy cuenta que tengo que conocer más y más y más. Me provoca una sensación de no parar. Una parte importante de este trabajo es buscar lo que sucede con artistas en mi país y en otras partes del mundo. Y es tan hermoso poder hacerlo. La visión tan única. No soy critica de arte, jamás quisiera hacerlo, pero cada vez más disfruto acercarme a conocer la obra de personas que no tienen ni idea que alguien sentada en un café esta disfrutando de lo que hace. Es la magia de nuestra época, el acceso a todo lo que necesites, la oportunidad de conocer sin límite.
Esta noche me encontré con el trabajo de una ilustradora que vive en Oregon, descargando parte de su obra y recopilando información para el blog de mi proyecto profesional me encontré con una ilustración que me hace pensar que los sueños quizá son más universales de lo que podemos creer.
Me dio una gran sonrisa en el rostro pensar que en otro lugar del mundo alguien quizá soñó lo mismo y tuvo la oportunidad de expresarlo mediante una pequeña ilustración. Gracias Lee White!

Ilustración Lee White


( A mi hermANAstra con todo mi amor)